«La Administración española nunca dio al sector de plantas medicinales la importancia que le otorgó Europa» |
CAMPOANARAYA.— Un rabino admitió, hace apenas unos días, que no había visto en Europa una empresa de plantas medicinales en infusión como esta. Una afirmación, posiblemente, indiscutible. Situada en Ponferrada, la compañía parece haber aprobado el examen que requiere el sello judío Khoser —sinónimo de calidad— y así, marcar un hito en su historia.
Una trayectoria empresarial que empezó en 1959. Secundino y Pedro Escudero fundaron la primera multinacional de plantas medicinales en España: Manasul Internacional S.L. La filosofía con la que nació, la utilización de productos a base de plantas medicinales 100% naturales, se mantiene en la actualidad. Con más de cuarenta años de experiencia con Manasul, nace Pharmadus (Procesos Farmacéuticos Industriales S. L.), el máximo exponente nacional de la medicina natural. Se creó a principios de 2006 y ha sido el primer laboratorio farmacéutico de plantas medicinales en infusión de España, reconocido por la Agencia Europea del Medicamento (EMEA).
Bióloga y con tres hijos, Beatriz Escudero es la directora general. Representa la segunda generación de esta empresa familiar. Cuenta con una plantilla de 23 empleados en la planta y 34 en la red comercial. Sus productos llegan a varios países como Alemania, Suecia o Corea y pretende 'conquistar' el mundo chino. En 2007 facturó un total de 6 millones de euros frente a los cinco del anterior ejercicio. La exportación supuso la cuarta parte de su facturación anual. El 15% procedió de sus ventas en EEUU.
Pregunta.— ¿Cómo es el consumo de infusiones en España?
Respuesta.— Todavía hay gente que se dedica a tomar plantas medicinales o preparados de plantas con mucha alegría. Cada vez hay más interés por la salud y por llevar una vida más sana. En este resurgir de lo natural, las plantas adquieren una importancia tremenda, pero tenemos que saber lo que tomamos y cómo lo hacemos. Por eso, es fundamental que estos productos estén avalados por un laboratorio farmacéutico. Nosotros conocemos las plantas, les damos unas especificaciones de uso, conservación y composición. Hay plantas que tienen efectos secundarios o que pueden interaccionar con algunos medicamentos. Las plantas te ayudan a superar alguna afección leve, no una enfermedad seria. Tendríamos que estar más informados.
P.— ¿Todas las plantas con las que trabaja se consideran medicamentos?
R.— No, se distinguen las plantas que tienen consideración de medicamento y de alimento. El mundo de las plantas medicinales ha estado siempre un poco apartado. La Administración nunca le ha dado al sector de la fitoterapia la importancia que requería y que le otorgó Europa. Fue la directiva europea la que en el 2002 trató el tema desde un punto de vista más serio y personalizado. Esta directiva obliga a que el envasado de las plantas medicinales sea en un laboratorio farmacéutico. El último real decreto publicado en España en diciembre de 2007 da un plazo a las empresas hasta 2011 para que se adecuen a esta nueva legislación. Muchas fábricas deberán actualizar sus productos y procesos de fabricación y fomentará la elaboración a terceros.
P.— ¿Es el caso de Pharmadus?
R.— Sí, envasamos los productos de la marca americana Goya. En nuestro laboratorio farmacéutico envasamos de la misma manera los productos que tienen consideración de medicamento y de alimento.
P.— ¿Qué significa para este empresa adquirir el sello Khoser?
R.— En primer lugar, nos permitirá consolidar y ampliar nuestro mercado en los EEUU, país en el que la población judía representa un porcentaje elevado. Lanzaremos una línea de productos con el sello Khoser. Esto significa que el producto aprueba todas las medidas de higiene. El rabino no sólo examinó el proceso de producción de la empresa, sino que acudió a nuestros proveedores de plantas.
P.— ¿Cómo fue la visita?
R.— Divertida, sorprendente y muy llamativa. Realmente dijo que no había visto en Europa una empresa como ésta. El comentario fue muy enriquecedor para nosotros.
P.— ¿No se sorprendió el visitante al comprobar que el poder de la empresa estaba en manos de una mujer?
R.— Desde luego. Cuando preparamos la visita, el mayor problema que se nos presentó fue la comida. Se resolvió muy fácil. El rabino se trajo sus propios alimentos.
P.— ¿Quiénes son los proveedores de materias primas de Pharmadus?
R.— Empresas como la leonesa Plantafarm S.A. Nosotros no compramos nunca la planta directamente a origen. Nuestros proveedores conocen las plantas con las que nosotros trabajamos. Nos mandan muestras que nosotros analizamos y aprobamos. La calidad de la materia prima depende de las cosechas. Hay años que las plantas pueden ser de Argentina y al año siguiente, ese mismo producto, lo importamos de Egipto.
P.— ¿De qué forma ha influido el incremento de los precios?
R.— La situación financiera no nos produce miedo, pero sí mucho respeto. Debemos controlar, cada vez más, la gestión. Al no ser un producto de primera necesidad tenemos que jugar mucho con la parte emotiva de las personas. Las expectativas son muy buenas dado que la gente tiene mayor interés por cuidarse. En cuanto a la política de los precios, y como empresa exportadora, estamos más pendientes de las elecciones de EEUU que no son hasta enero de 2009 que de las elecciones generales de marzo en España.
P.— ¿Qué se busca en una planta?
R.— Su principio activo, el beneficio que aporta.
P.— ¿Quiénes son los clientes de Pharmadus?
R.— El cliente de farmacia o parafarmacia. Las mujeres son las que más compran nuestros productos, como por ejemplo, el manasul.
P.— ¿Y en el exterior?
R.— Nuestros productos tienen una gran acogida en países de la Unión Europa como Alemania o Suecia; Corea y Chile. Nuestro principal cliente es EEUU; aunque, lo que está pasando con el dólar no favorece a las exportaciones.
P.— ¿Cómo es la competencia? ¿Cómo 'conviven' con Soria Natural?
R.— En el sector de la alimentación hay marcas muy importantes, como es el caso de Hornimans. No me gusta decir que son competencia en la medida que sus productos son más comerciales. Respecto a Soria Natural, no me atrevería a compararnos con ellos. Sin duda, es la empresa del sector de la fitoterapia más potente de Castilla y León.
P.— ¿Es la I+D+i, la base de su empresa?
R.— Todo lo que hacemos en esta empresa es desarrollo. En la parte de innovación, procuramos obtener formulaciones nuevas de plantas; buscar métodos analíticos para el desarrollo de principios activos. En este sentido, he de señalar que la apuesta del Gobierno regional por la I+D+i, nos encanta. Hay países emergentes como China e India que cada día trabajan más y mejor. Competir con ellos es muy complicado porque sus costes de producción son muy inferiores. Si no hacemos las cosas cada día mejor, en unos años cerramos y nos vamos a casa.
Pregunta.— ¿Considera que la mujer tiene dificultades para acceder a los puestos directivos de las empresas?
Respuesta.— En esta empresa la mayoría de los cargos directivos los ocupan mujeres, lo que a mí personalmente me satisface pero, también, he de decir que es por pura casualidad. Siempre hemos trabajado con las personas más capaces y que mejor se adaptaban al perfil de la empresa.
P.— ¿Cree que el trabajo es más fácil con mujeres?
R.— Claro que no. La mayoría de los puestos intermedios los ocupan hombres. El ambiente de trabajo en la empresa es fundamental, independientemente de que haya más mujeres o más hombres. A mí me gusta pensar que aquí se trabaja a gusto, porque si estás bien en tu empresa vas a trabajar más y mejor.
P.— De cara al futuro, ¿Pharmadus seguirá siendo una empresa familiar?
R.— Esa es la intención. Las empresas familiares tienen muchas ventajas pero también grandes inconvenientes. Lo positivo de que esta empresa sea familiar es que conforma mi patrimonio. Para mí, es el cuarto hijo y prometo que es al que más tiempo le dedico. Lo negativo de las empresas familiares es que se tiende a que los puestos directivos los ocupe la familia. Los candidatos que hay son, a menudo, reducidos y no tienen porqué ser los más profesionales. En la calle hay gente mucho más preparada. En nuestro caso, hicimos un protocolo familiar para evitar problemas. Uno de los más frecuentes se produce con el paso de la primera a la segunda generación, donde el 90% de las empresas familiares desaparecen.