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El cumpleaños del mantenedor y del Botillo reúnen a mil comensales
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BEMBIBRE.— Nada más llegar a la capital del Bierzo Alto el mantenedor del XXXVI Festival Nacional de Exaltación del Botillo de Bembibre, Manuel Quijano, firmó en el Libro de Honor del Municipio. Era el inicio de un exitoso tour por los principales focos de actividad, que le llevarían hasta el Pabellón de Deportes, donde no sólo pronunció el tradicional discurso, sino que también amenizó la posterior velada musical. Quijano se mostró sorprendido por el afecto que le tributó Bembibre desde su llegada a la villa. «Me siento en mi tierra y nunca las muestras de cariño resultan tan afectuosas como las que recibes en tu propia casa», manifestó. El mantenedor reconoció haber probado el embutido rey de la gastronomía del Bierzo y lo defendió como una parte integrante de las manifestaciones culturales autóctonas. «El botillo me gusta y es cierto que no lo probé muy joven. Es para tomarlo de forma muy tranquila, reposando y con una previsión de tiempo a posteriori. Y es un plato del que presumo como una seña de identidad de nuestra tierra». Manolo Quijano bromeó sobre cómo recibió la noticia de su invitación para el cargo de mantenedor: «Me enteré por el periódico». Su faceta más humilde le llevó a declarar que «no sabía si podía estar a la altura. Es como si me hubiera llamado Luis Aragonés para jugar en la selección. Es mucha responsabilidad». El cantante leonés no se atrevió con una canción sobre el botillo y se justificó poniendo como ejemplo una alternativa al famoso tema 'La Lola': «Óyeme botillo, tierno botilo, hay que cogerte con un cuchillo». El alcalde de Bembibre, Jesús Esteban, por su parte, agradeció la presencia del cantante leonés a quien elogió por su verbo y su música. «Para el botillo es fácil encontrar a una persona que sepa hablar y hable bien. Lo difícil es encontrar a una persona que sepa cantar y cante bien», manifestó el regidor. Con estas palabras el primer edil justificó la invitación a Quijano como embajador del botillo y en su misma persona la actuación musical posterior. «Es un doblete insólito en el Festival del Botillo». |
DIARIO DE LEON
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ANA F. BARREDO 
M. Á. Cebrones 
corresponsal | bembibre 
El artista musical leonés no es partidario de llevar guión ya preparado y estudiado, porque dice que la improvisación tiene mucha más magia. Y así lo hizo. Su intervención fue en tono alegre, jocoso, divertido, como lo que en realidad fue el acto, una gran fiesta. Agradeció que contaran con él para desempeñar dos papeles de tanta relevancia y responsabilidad en este acto; el de mantenedor y el de artista invitado. «¡Es muy bonito que cuenten contigo en tu tierra!», exclamó. Manuel Quijano dijo que no puede hacerle una canción al botillo, en respuesta a la pregunta de un amigo, porque se inspira en las mujeres. Y así, entre anécdotas y chascarrillos discurrió su intervención como mantenedor, ya que sobre el embutido rey dijo que «nada queda por decir de tan exquisito manjar».
Quijano también se centró en el atuendo para esta fiesta gastronómica y resaltó que la ropa más apropiada para disfrutar del botillo es «un chándal». Y ello, «porque después de comer un buen botillo, lo mejor es correr un ratillo», repitió. «Tan importante como exaltar un botillo es la degustación del mismo; un sabor que puede decir muchas cosas», indicó el músico.
A última hora de la tarde tenía lugar la recepción en el cosistorio del mantenedor y demás invitados. Entre ellos estaban el presidente del Consejo Comarcal, José Luis Ramón, y otros políticos como Antonio Canedo, José Antonio Velasco y Jaime González. Más tarde se sumaron la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco; el delegado de la Junta, Eduardo Fernández, y el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez. Luego, todos visitaron la muestra de productos bercianos, y finalmente todos enfilaron sus pasos al pabellónd de deportes. Los comensales, además del codiciado botillo, -acompañado por los cachelos, chorizo y repollo-, desgustaron pimientos del Bierzo con carpaccio de lengua y vinagreta de frutos secos y crema de castañas con setas confitadas. Y de postre la histórica tarta charlota. Los asistentes también se fueron de la fiesta con un regalo solidario de los chicos de Asprona y el primer cedé de la Polifónica Bembibrense.
