Una fiesta para recibir al primer vino del año
Prada ‘A Tope’ presenta su tinto Palacio de Canedo ‘Maceración 2008’
El cantautor berciano Amancio Prada, izquierda, que ejerció como mantenedor de la fiesta del vino en el Palacio de Canedo prueba el primer caldo del año junto al empresario José Luis Prada, propietario de la bodega. Héctor Keudell
Héctor Keudell Canedo
La cuarta fiesta del Vino Nuevo de José Luis Prada ‘A Tope’ reunió ayer a centenares de personas que participaron en lacata del ‘Palacio de Canedo’ Maceración 2008,en la degustación de productos típicos bercianos, y disfrutaron con la música de Aira da Pedra.
El cantautor berciano Amancio Prada fue el encargado de oficiar el pregón en calidad de mantenedor. El vino joven Maceración 2008, el primero del año, se presentó ayer en sociedad para salir al mercado con una producción de 30.000 botellas, algo menos que el pasado año, aunque con una calidad muy buena, según destacó el propio empresario José Luis Prada: “Al tomarlo notas toda la prestancia de la uva mencía en su esplendor”. No en vano, “el Maceración es un exponente de los vinos del Bierzo jóvenes a nivel nacional”, afirma.
Las bodegas de Canedo, que también notan los efectos de la crisis aunque “menos que en general”, se han convertido en uno de los ejemplos de producción vitivinícola en la comarca basada en una agricultura ecológica, que prescinde de los productos químicos y potencia los factores naturales.
Entre los asistentes figuraban el presidente del Consejo Regulador de los vinos de la DO Bierzo, Alfonso Arias y el presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, José Luis Ramón.
Según Prada, “en el Bierzo tenemos que seguir como lo estamos haciendo, y crecer como estamos creciendo”. “El vino del Bierzo es un auténtico crack. Y que nadie ponga en tela de juicio esa bondad que tenemos, y que ningún berciano se prive en ningún lugar de España de pregonar las bondades que tenemos”.
Amancio Prada también habló de las virtudes de la tierra que, en el Bierzo, propician una producción basada en mencía inconfundible para el paladar y para el olfato.