El resurgir de las denominaciones
El movimiento de La Renaissance de las Appellations, el resurgir de las denominaciones, está cobrando cada día más fuerza y se convierte en uno de los elementos más dinamizadores que han aparecido en el mundo vinícola en los últimos años.
Agrupa a 152 viticultores de 13 países diferentes, de los que 8 son españoles. Su objetivo es reivindicar la naturaleza para la que fueron creadas las distintas denominaciones de origen que con el paso del tiempo se ha ido olvidando.
Para pertenecer a este grupo hay que cumplir su carta de calidad, que está organizada en tres niveles diferentes.
El primer nivel son Las bases inevitables. No al uso de herbicidas, abonos químicos, uso de estiércol, uso exclusivo de productos naturales para luchar contra las enfermedades y respeto a las normas de la agricultura ecológica son la primera base.
Se incluye también la exclusión de productos químicos de síntesis que sean de contacto, penetrantes o sistémicos. Y no se permite la utilización de levaduras exógenas o aromáticas, ni la de pies de viña genéticamente modificados.
El segundo nivel lleva el nombre de Ir más lejos y se centra en la vendimia y en la elaboración.
Las vendimias deben ser manuales y los procesos de fermentación naturales. No se permite el uso de encimas, bacterias o productos de síntesis, tampoco los activadores de la fermentación.
Técnicas como la crioextracción, la congelación de la uva, o los métodos de concentración como la evaporación al vacío o la ósmosis también están prohibidos.
El tercer y último nivel, Cuando se dan las condiciones, prohíbe la modificación del equilibrio natural de los mostos. No se puede acidificar, desacidificar o chaptalizar. Tampoco se puede clarificar ni hacer filtraciones estériles o por debajo de 2 micras.
En palabras de Nicolas Joly el mayor impulsor de este movimiento
Para que una cepa pueda aprovechar su terroir y sus raíces el suelo debe de estar vivo y para captar el clima y sus múltiples variantes las hojas deben estar libres de productos sintéticos que perturban la fotosíntesis
Cuando una agricultura saludable (biología o biodinámica), ha permitido a un pago expresarse, la tecnología de bodega, y los gustos arbitrarios que puede generar, se convierte en inútil.
El vino guarda entonces su gusto original y su capacidad de envejecer con una transparencia total para el consumidor
En resumen, volver a la forma natural de elaborar los vinos, olvidando esa tecnología y esa forma de trabajar que hace que los vinos, al final, sepan igual.
Las fotos son del viñedo de la Coulée de Serrant en agosto de este año y la fotógrafa es Delia García.