En un pasado no tan lejano, raro era el año en el que las bodegas del Bierzo abrían sus puertas durante las fiestas de la Virgen de la Encina, pero este año al igual que los dos anteriores la vendimia ha comenzado durante los primeros días de septiembre lo que nos indica que hemos vuelto a pasar un verano muy cálido. El curso 2009-2010 nos evoca situaciones de antaño con unas estaciones muy marcadas además de una pluviosmetría muy generosa característica en nuestra comarca por ocurrir aproximadamente en ciclos de diez años.
Hasta aquí todo bien, las condiciones climáticas han propiciado una uva de calidad, no pudiendo decir lo mismo de la cantidad ya que igual que el año pasado no es mucha. Este año el problema ha venido dado por un mes de septiembre muy inconstante en temperaturas y en especial por las fuerte lluvias registradas en la primera quincena, puntuales pero que en algún caso vinieron acompañadas de algo de pedrisco.
Por lo que se escucha a pie de campo parece que este año la vendimia va a ser muy diferente por zonas y por bodegas. Según viticultores y elaboradores estas últimas precipitaciones acabaron por desestabilizar el estado sanitario de la uva, encontrándose índices de podredumbre que no se recordaban en El Bierzo desde el año 2004, o incluso mayores; aunque también nos cuentan que la proyección de algunos vinos es interesante, pero se tienen reservas.
En cambio si ojeamos la prensa nos encontramos que fuentes oficiales califican la vendimia de “tranquila” y que el hecho de que el tiempo acompañe significa que ésta es buena. Solo queda esperar las calificaciones del Consejo, habitualmente “muy buena”o “excelentes” y cuestionarnos su validez. El hecho de que la calificación de una añada sea decisión del propio consejo regulador de la zona, nos deja grandes dudas sobre la independencia de la misma. En años como este en el que la vendimia parece haberse presentado con grandes diferencias entre zonas, también nos hace cuestionarnos si es realista o posible englobar a todas las bodegas de una región bajo una misma calificación.
Pero como no es nuestro menester cambiar las reglas, dejaremos el trabajo de calificar los vinos individualmente a los grandes como Peñin o Parker y sus sistemas… ¡Ah! que por cierto tampoco nos generaban mucha confianza [ver El mundo después de Parker].
El Sistema Prueba-Error*.
*Sistema Prueba-Error: A) Beba usted el vino; B) Si le gusta, bien; C) Si no es de su agrado se lo regala a su cuñado.