La empresa berciana Ribada, establecida en la pequeña localidad de Balboa (León), comercializa en el mercado español la más extensa variedad de alimentos elaborados con castañas, todos ellos certificados con la marca de garantía 'Tierra de Sabor' y producidos artesanalmente y sin ningún tipo de conservantes.
La diversificación de la oferta, unida a la calidad-precio, es la fórmula por la que esta pyme familiar fundada hace diez años ha apostado no tanto para mantenerse en el negocio como para crecer a pesar de la crisis. Su gerente, Enrique Fernández González, indica que cada año se lanza de media un nuevo producto, incluso dos, y que éstos siempre encuentran gran aceptación entre el consumidor.
La última creación ha sido una nocilla, una crema de cacao que sustituye las avellanas por castañas, para la que ya se han iniciado los trámites para su adhesión al distintivo de la Junta. Este dulce sólo lleva dos meses en el mercado pero el público ya le ha concedido su beneplácito, como asegura Fernández, quien reconoce no obstante que éste no ha desbancado a productos como el bizcocho o la tarta, la "estrella" de Ribada.
La tarta, que se presenta en envases de 750 gramos bajo la marca 'La Oricera', fue premiada como mejor alimento perecedero de corta duración en la XVI Feria 'Productos de León'. De ella se comercializan entre 15.000 y 20.000 unidades al año, especialmente en Castilla y León pero también en Madrid, Cataluña y Galicia a través de tiendas de 'delicatessen'.
Impulsada por las promociones de 'Tierra de Sabor', Ribada también reparte con éxito al resto de España bizcochos, magdalenas, los denominados 'orizos' --por su aspecto similar a la envoltura o cubierta de la castaña-- así como harina y castañas escabechadas, en almíbar o pilongas. "La gente está muy acostumbrada a lo industrial mientras que nosotros ofrecemos algo artesanal, que gusta al 90 por ciento", apunta el gerente de la compañía.
De toda la producción de esta pequeña empresa familiar, alrededor del 17 por ciento sale fuera de la Comunidad. Tras incorporarse a la marca de garantía, aparte de incrementarse las ventas en un 15 por ciento, se han empezado además a abrir nuevas fronteras, ya que sus elaboraciones, que no son habituales en grandes superficies, están ganando visibilidad.
Para aprovecharlo, la compañía está investigando en nuevos envases de atmósfera controlada que le permita alargar los plazos de caducidad y poder introducir sus alimentos en otros mercados. Según Fernández, el de las castañas es en El Bierzo un negocio de futuro, "con grandes posibilidades y potencial", principalmente si la transformación se hace en la propia comarca.
APROVECHAMIENTO DE LA VARIEDAD AUTÓCTONA
Ribada mueve al año 350.000 kilos de este fruto en fresco y entre 12.000 y 15.000 en seco, la mayoría de producción propia. Utiliza la variedad de parede, que crece en la zona, y que se caracteriza por su pequeño tamaño y aspecto arrugado --lo que dificulta su salida al mercado--pero que es más dulce y fácil de pelar.
Hace diez años, la compañía comenzó secando castañas y transformándolas en harina, y en la actualidad cuenta con más de una docena de productos diferentes a base de castañas y otros tantos elaborados con otras frutas.
En sus instalaciones trabajan entre tres y siete personas según la época de la campaña, que comienza con fuerza en Semana Santa y se mantiene intacta hasta Navidad.
En este sentido, Fernández destaca que los alimentos La Oricera no acusan la recesión, puesto que el cliente que los consume es un segmento que no achaca tanto la crisis y debido a que ofrecen una calidad a un precio "no exageradamente caro". El próximo paso de este negocio familiar es la apertura de sus dos primeros establecimientos de venta directa, uno en la turística Balboa, y otro en Ponferrada (León). Las galletas de castañas serán su próximo lanzamiento.
VALLADOLID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -